Por vueltas que da la vida, acabé ayer viendo en la gran pantalla la precuela de Lobezno, "X-Men Origenes: Lobezno" interpretada por Hugh Jackman de nuevo en el papel de uno de los personajes más carismáticos de X-Men.
La película narra la historia del principio de este personaje, y como se va formando, hasta llegar a ser lo que se conoce como Lobezno, un mutante de garras metálicas, animal como el que más, y de un temperamento un tanto fuerte.
El principio de la película, con unas imágenes de diversas guerras por las que pasa este personaje, es impresionante.
El resto de la historia, narra como por culpa de otro de los mutantes (el futuro Dientes de Sable, y su hermano en la realidad) incita a Logan a una gran espiral de acontecimientos, que acaban con el "adamantium" dentro de su cuerpo, y creando el animal que Lobezno es.
Una historia entretenida, que no se hace larga, en la que camean a diversos personajes de X-Men (me encantó Gambito), que yo personalmente recomiendo ver.
Mi nota personal, le daría un 7,5.
P.D.: He leído, sin ir más lejos, en el blog de cine que suelo seguir, una crítica de la película, en la cual la ponen a caer de un burro. Para mi es incomprensible, y más por la idea que tengo yo de ir al cine.
Yo personalmente al cine voy a ver una película, a pasar el rato, a divertirme y entretenerme con ella, en una palabra, a intentar disfrutar. Sin embargo parece que hay personas que esperan obras de arte en una pantalla, en la que analizan sus diálogos, sus historias detenidamente, sus personajes, la forma en la que mueven la mandíbula, incluso si respiran a un ritmo adecuado... Yo jamás haré eso. Esperaba lo que he visto en esta película, y la verdad que lo he pasado bien. Y punto pelota.
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