Este pasado fin de semana, pude asistir a las fiestas de un pequeño de la comarca de Omaña en León, llamado Riello.
Eran fiestas, y una amiga mía, había vivido allí en la infancia, y nos invitó a ir.
La verdad es que quedé impresionado, sobre todo de la gran cantidad de gente que había. Había asistido con anterioridad a fiestas de pueblos, pero nunca así. Sin ir más lejos, a mediados de Agosto fueron las fiestas de otro pueblo de León, esta vez de Boñar, a las que pude ir, pero que ni comparación en volumen de gente.
Al llegar, una plaza mayor abarrotada, gente bailando con la orquesta... hasta altas horas de la noche. Las copas baratas, gente a raudales... y solo una pega, aunque grande, el frío que hizo. El estar un 29 de Agosto, y que al llegar al coche, el termómetro de este marque 4,5ºC, impresiona.
Pero bueno, todo soportable, y sobre todo, todo por pasarlo bien, que es lo que cuenta.
También este viernes, se pudo salir por Valencia de Don Juan, a una fiesta, en la que supongo que posteriormente hablaré.
Una vez ya, vuelta a la cruda realidad del trabajo, del final de verano, supongo que por aquí estaremos más a menudo.
A todos los que mañana empiezan a trabajar (a mí ya me ha tocado hoy el turno), y a los que empiezan el miércoles también... os deseo un buen regreso, y recordar... el viernes ya esta ahí, y se podrá descansar, algunos.